El hecho de mantener menos relaciones sexuales de las que hemos mantenido en el pasado no tiene por qué ser negativo por sí mismo. No tiene sentido tener sexo únicamente porque creemos que debemos tenerlo porque sí o porque otras personas digan mantener más.
Profesionales de la sexología apuntan precisamente a la frecuencia como motor de la propia sexualidad. Es decir, sexo llama a sexo. Cuando estos encuentros se distancian, el cuerpo se olvida de alguna manera de generar esa “necesidad” y se limita a vivir en una suerte de balsa de aceite de amor. Ahora bien: ¿es esto lo que queremos?
Tanto es así que llega a considerarse como motivo de sonrojo que el número sea demasiado alto en el primer caso, o demasiado bajo en el segundo.
¿Cantidad o calidad? Esa podría ser la pregunta que se hacen varios cuando tienen relaciones sexuales. Algunos creen que el sexo por un tiempo prologando resulta mejor o más placentero a diferencia del sexo rápido.
En 2007, investigadores en la India produjeron una tabla que enumeraba los resultados sobre las dimensiones del pene de varios países alrededor del mundo.
La rutina y el estrés son los principales factores asociados a la disminución de la intimidad en pareja. Ahora mismo, el estilo de vida moderno abarca múltiples compromisos, responsabilidades y tareas que hacen difícil relajarse y disfrutar la sexualidad.
Cuando pasa el tiempo y nos acostumbramos a estar con alguien en pareja, nuestro cuerpo empieza a fabricar otro tipo de sustancias. El subidón de dopamina de los primeros dos años va dejando paso a una hormona que se llama oxitocina, que se identifica con el afecto y el amor, y no tanto con la pasión desenfrenada. A partir de ahí, ¿cuál es la frecuencia recomendable para no aparcar totalmente los encuentros sexuales?
Porque si al hacer la lista resulta con un número de dos cifras, muy seguramente no sabrá si es un promedio en su país o si debe preocuparse por considerarse muy ‘activo’.
“No existe un tiempo perfect ni recomendado. Y creo que este tipo de estudios solo logran que las parejas se sientan presionadas en encajar en estos ritmos. La sexualidad es algo totalmente own y cada sujeto necesita de tiempos y estimulaciones diferentes.
Y aunque no podemos determinar qué es "mucho" o "poco", especialistas afirman que la gente miente sobre su vida sexual por miedo a ser juzgados.
Puede que el ritmo imparable vaya disminuyendo y, cuando nos queremos dar cuenta, nuestra frecuencia de relaciones sexuales se haya reducido a una vez al mes. ¿Es normal? Ningún libro tiene la respuesta a esta pregunta, ya que no existe una frecuencia suitable, sino aquella con la que ambas personas se sientan a gusto. Lo que tenemos que preguntarnos entonces es: ¿ya no me apetece o simplemente estoy adentrándome en un bucle en el que las rutinas diarias no dan lugar learn this here now a esos encuentros?
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